No existe una fórmula para calmar los dolores que deja una guerra, mucho menos para borrar las huellas o diluir en el olvido las responsabilidades.
Lo que sí existen son experiencias de personas que están haciendo o hicieron ese tránsito en búsqueda de la reconciliación.
Estas son algunas de esas voces. Este proyecto fue posible con el apoyo de la Embajada de Suecia en Colombia.