El 9 de abril, Colombia conmemoró por primera vez el Día Nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas. La ley de víctimas estableció este día para que el Estado colombiano realice “eventos de memoria y de reconocimiento de los hechos que han victimizado a los colombianos y colombianas”.
Hoy, cuando Colombia empieza a pensar en el significado de este día nacional, algunas víctimas y organizaciones sociales consideran que éste es un llamado a la movilización de la sociedad, un día para que las víctimas sean escuchadas, para obtener respuestas del Estado y para crear acercamientos en una sociedad altamente dividida.
“Personalmente, este día lo vengo conmemorando hace 27 años, cada Viernes Santo, a raíz de todo lo padecido por Luis Fernando, mi hijo mayor, detenido-desaparecido, sometido a torturas, a toda clase de tratos crueles. Luis Fernando fue ejecutado extrajudicialmente el 4 de octubre de 1984 por una Patrulla Militar, despojado de su identidad y convertido en un N.N. Jacinto”, dice Fabiola Lalinde, quien tras luchar durante más de 20 años para conseguir justicia se ha convertido en un ejemplo a seguir para muchas víctimas.
Para doña Fabiola, “solamente quienes hemos padecido estas experiencias en nuestras familias sabemos lo que ello significa y lo que representa la solidaridad, una especie de cirineos que nos ayudan a cargar la pesada cruz de la adversidad y a mantener viva la memoria de nuestras víctimas a través de sus documentales, galerías y demás medios alternativos”.
El día nacional de las víctimas “es un llamado a la conciencia del común, a un compromiso desde la sociedad civil con esos millones de personas que han sufrido la violencia en Colombia”, dicen los jóvenes de la Corporación Grupo de Memoria Histórica del Cesar.
Compromiso y solidaridad
Mientras algunos hacen referencia a la solidaridad de la sociedad civil, otros, como Claudia Girón de la Fundación Manuel Cepeda, cuestionan “la concepción de solidaridad mal entendida de la ley de víctimas”. Para Girón, no es la solidaridad sino la responsabilidad la que debe dar sustento a la Ley y al día nacional de las víctimas: “Es hora de darnos cuenta de que el problema no es solo un asunto de víctimas y victimarios mientras el Estado generosamente ayuda a unas víctimas. Este es un día para reconocer que son víctimas de la negación de la oposición, del pensar distinto y de las propuestas de vivir distinto”.
En ese sentido, reclaman de la sociedad una manifestación generalizada de rechazo a las prácticas cometidas por actores ilegales y por parte de los agentes estatales “como los falsos positivos, el secuestro, las desapariciones forzadas, las torturas y asesinatos, las miles de familias que han sido desplazadas de sus tierras y los perseguidos por hacer oposición”, dice Héctor Beltrán, padre de una de las personas desaparecidas en el Palacio de Justicia.
También para País Libre, organización que trabaja por las víctimas del secuestro, “este es un día para incluir a todas las víctimas. En Colombia aún nos falta cristalizar el sentido de la memoria y reconocer las distintas atrocidades de la guerra, para darle mayor sentido a lo que hemos vivido”, dice su directora, Olga Lucía Gómez.
A su vez, el día nacional de las víctimas es una fecha para revisar la manera como el país afronta el daño causado a las víctimas y a la sociedad. “La complicidad y el silencio han erosionado el tejido social, profundizado las históricas desconfianzas entre diversos sectores de la sociedad y debilitando los consensos. La democracia colombiana ha sido asaltada por los intereses particulares, legales e ilegales, y el Estado, en varias regiones, ha sido cooptado para favorecerlos. Sólo si develamos y enfrentamos esta realidad podremos emprender un camino cierto de reconstrucción de la confianza entre los ciudadanos y el Estado y entre los ciudadanos mismos. Este debe ser el objetivo estratégico de los esfuerzos que ha emprendido el Gobierno y el Estado en el marco de la justicia transicional”, afirma María Camila Moreno, directora del Programa Colombia del Centro Internacional para la Justicia Transicional (ICTJ).
Los esfuerzos para develar esta realidad y hacer justicia, mediante acciones provenientes tanto del Estado como de entes académicos y sociales, son la base para lograr el propósito de este día nacional y para cumplir con la esperanza de víctimas como Héctor Beltrán: “que las juventudes de hoy en día se enteren de lo que realmente aconteció, saquen sus propias conclusiones y tomen decisiones que a la postre redunden en beneficio de nuestro país, para que no se vuelvan a presentar tan horribles hechos, y mis nietos y bisnietos no vivan con temor a toda hora”.
Acciones de conmemoración y de reivindicación
Aquí encontrará una lista detallada de las actividades que tuvieron lugar en distintas regiones de Colombia en honor al Día Nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas.
Foto: Petronila Martínez, nacida en El Carmen de Bolívar, tuvo que desplazarse a Barranquilla a causa del conflicto armado. Por Camilo Aldana.