Con la intención de avanzar el diálogo para asegurar la rendición de cuentas por crímenes contra la humanidad y genocidio, el ICTJ ha creado una serie especial de podcasts sobre complementariedad –el principio que establece la responsabilidad de juzgar crímenes graves en tribunales nacionales. En el reciente encuentro de alto nivel celebrado en Greentree, a las afueras de Nueva York, el ICTJ conversó con algunos de los líderes globales en el ámbito de la justicia.
El primer podcast (cuya transcripción está disponible en español aquí) se centraba en cómo pasar de la teoría a la acción con el concepto de complementariedad y en el papel que deben jugar la Corte Penal Internacional (CPI) y los organismos de desarrollo en asegurar que se juzguen atrocidades masivas a nivel nacional.
Para el segundo podcast entrevistamos a Tarik el Tumi, director de programas de la ONG libia Abogados para la Justicia, para hablar sobre la capacidad de la judicatura libia para hacer frente al legado de la dictadura de Gadafi y sobre el papel que podría jugar la CPI en este proceso.
REFIK HODZIC: Como sabemos, la sociedad libia se encuentra en la actualidad ante la enorme tarea de enfrentarse a las décadas de dictadura de Muamar el Gadafi, y también al conflicto que lo derribó. ¿Cree usted que la judicatura libia será capaz de liderar este proceso?
TARIK EL TUMI: Las prácticas del régimen de Gadafi tuvieron como consecuencia que muchos libios perdieran confianza en la judicatura. De manera que los desafíos son considerables, pero no insuperables. Si observamos la infraestructura física de la judicatura libia en este momento comprobaremos que está prácticamente arrasada. Sin embargo, incluso antes de la revolución su situación tampoco era buena.
Lo que a Libia no le faltan son personas dotadas para el derecho, tanto entre los abogados como en la propia judicatura. Hay prácticas que es preciso revisar y ello se debe a la falta de formación durante el régimen de Gadafi. Pero creo que si la comunidad internacional, organizaciones como la CPI y la ONU, organismos internacionales de desarrollo, y también personas como yo mismo, los colegas de mi asociación y abogados libios de la diáspora, proporcionan la asistencia técnica adecuada e iniciativas correctas de desarrollo profesional, se les podrá ayudar a desarrollar sus capacidades y enfrentarse a los desafíos de la etapa postrevolucionaria.
REFIK HODZIC: En su opinión, ¿qué capacidades técnicas sería preciso proporcionar a los tribunales libios para que puedan juzgar crímenes graves?
TARIK EL TUMI: Bueno, creo que, por ejemplo, es preciso centrarse primero en todo el proceso que sigue un caso penal. De manera que hay que ocuparse también de los cuerpos de seguridad, para que sepan cómo aplicar procedimientos penales correctos. Es preciso enseñar a los fiscales libios a investigar, a recoger pruebas y a interrogar a testigos. Y después, desde el punto de vista de la complementariedad, la judicatura libia necesita formación complementaria sobre cómo analizar y evaluar esas pruebas y esas investigaciones.
Las habilidades emocionales tienen mucho que ver en todo esto y a finales de septiembre Abogados por la Justicia en Libia organizó un curso de formación en Túnez al que asistieron 30 abogados, jueces y fiscales libios para aprender sobre legislación internacional en materia de derechos humanos. Pero también se plantearon varios ejercicios prácticos y comprobamos que carecían de capacidades fundamentales como las de interrogar a una víctima de tortura o al supuesto autor de una atrocidad.
Es decir, también sería útil una formación académica para ponerlos al día sobre legislación internacional en materia de derechos humanos y sobre su funcionamiento en consonancia con las leyes libias.
REFIK HODZIC: Sabemos que la Corte Penal Internacional tiene abierto un caso relacionado con Libia. Saif al Gadafi, el hijo del dictador, y el exjefe de los servicios de inteligencia, Abdullah al Senusi están detenidos*. ¿Qué papel cree usted que tiene la CPI en el contexto libio?
TARIK EL TUMI: Creo que la CPI fue considerada salvadora del pueblo libio cuando se ocupó en tiempo récord de la situación en nuestro país, y más tarde cuando se formularon las acusaciones. Pero creo que en Libia a casi todo el mundo le ha decepcionado su actuación, porque no se ha movilizado para recabar pruebas valiosas que quizá se hayan perdido y su integridad ha quedado en entredicho, y porque no ha colaborado estrechamente ni con abogados ni con el Gobierno libio.
Así que creo que, evidentemente, el papel de la CPI es evaluar la voluntad y la capacidad de la judicatura libia para juzgar a Saif y a Abdullah al Senusi. Por supuesto, no cabe duda de que la voluntad está ahí. La valoración de la capacidad puede ser algo subjetivo, pero si es una capacidad incompleta, la CPI podría servir para movilizarse sobre el terreno y conseguir así sostener o apoyar la capacidad de los jueces libios para juzgar a esos dos individuos.
La inmensa mayoría de los libios piensa que debe juzgarlos la justicia libia y que deben sufrir castigos del país, sobre todo la pena de muerte, algo preocupante, porque hace ya varias semanas que están detenidos y no sabemos de qué se les acusa.
Pero debería quedar claro que también hay quien piensa que sería sensato juzgarlos en La Haya, para así evitar cualquier consecuencia desestabilizadora que el proceso pudiera tener en Libia, ya sea políticamente o para la seguridad del país, o porque existe el riesgo de que los acusados se burlen del tribunal, minando todavía más la legitimidad de los jueces libios ante la población.
REFIK HODZIC: ¿Cree usted que la CPI debería potenciar ese estrategia de reforzar las capacidades del país, es decir dando asesoría y proporcionando conocimientos técnicos; sosteniendo, como usted ha dicho, este esfuerzo, con el objetivo de aplicar el principio de complementariedad?
TARIK EL TUMI: Creo que sí. Creo que va unido al principio de complementariedad. Es decir, de acuerdo con él, la CPI es un tribunal de última instancia, y si se puede convencer a los jueces y a la CPI de que Libia es capaz de juzgar a Saif y a Senusi de forma justa e imparcial, si toman esa decisión, no debería haber problemas para proporcionar la asistencia técnica que sirviera para alcanzar ese objetivo.
REFIK HODZIC: Por último, aquí en Greentree nos hemos reunido para abordar el papel de los organismos de desarrollo en la aplicación del concepto de complementariedad. ¿Qué opinión tiene usted de su papel y qué espera de este encuentro?
TARIK EL TUMI: Para mí, lo que los organismos de desarrollo tienen que hacer con respecto a la complementariedad es acercarse a las comunidades jurídica, internacional y a la que tiene por objeto la instauración del Estado de derecho. Creo que el trabajo de todas esas comunidades es perfectamente complementario.
Eso es lo que a mí me gustaría ver en Libia, a través de una comunidad dedicada al desarrollo que proporcionara asistencia directa a los abogados y a los jueces, fomentando así activa y directamente el Estado de derecho.
Escuche el podcast (en inglés):
[Download](/sites/default/files/El_Tumi_ICTJ_Podcast_01022012.mp3) | Duration: 8:00mins | File size: 4.6MBEn el próximo podcast hablamos con Binta Mansaray, secretaria general de la Corte Espercial para Sierra Leona, para hablar sobre los retos y oportunidades de aplicar la complementariedad en el país africano.
*El 27 de junio de 2011, la CPI ordenó la detención de Saif al-Islam Gadafi y Abdullah Senusi,ex jefe de los servicios de inteligencia libios, por crímenes contra la humanidad cometidos supuestamente durante el movimiento en prodemocrático que tuvo lugar en el país.
Foto: Rebeldes celebran en el centro de Bengasi, 3 de abril de 2011. Por Eivind H. Natvig/MOMENT.